domingo, 8 de marzo de 2015

Algunas reflexiones sobre la situación de las mujeres latinoamericanas en el marco del extractivismo.

Muñoz Susana (2)Por Susana Muñoz, militante del MST en el Frente Unidad Sur. La cercanía del 8 de marzo, día internacional de la mujer trabajadora, siempre nos pone a reflexionar sobre nuestro rol como mujeres militantes luchadoras sociales, políticas y sobre la situación de las mujeres que luchan en nuestro país y en nuestra provincia. Hay algunos temas importantes en los que las mujeres latinoamericanas pero también las argentinas y chubutenses tienen gran participación y que tomé este año como espacios de reflexión. Y para ello revisé algunos pensamientos de Maristela Svampa, intelectual ligada fuertemente a las luchas de los/las trabajadores/as y de los pueblos latinoamericanos.
El primero de estos temas es la necesidad de abrir el debate sobre la legalización del aborto; ha resonado recientemente porque lo trajo el nuevo Ministro de Salud, Daniel Gollán, quien fuera desmentido rápidamente por la presidenta en boca del “todo terreno” Aníbal Fernández. ¿Tenemos claro a qué se niega la presidenta y buena parte de su gobierno y legisladores? La presidenta no dice NO sólo a sancionar una ley que legalice el aborto, beneficiando así a miles de mujeres que ponen en riesgo su vida y su salud por la clandestinidad a la que deben someterse. A lo que se niega la presidenta es incluso a abrir el debate y a pensar estrategias más eficaces para cumplir con la atención del aborto que ya es permitido o no penalizado.
En relación a este tema, sobre la situación latinoamericana reflexiona Svampa1 que si bien en la última década ha habido seis mujeres presidentas, este hecho no ha garantizado un avance en las políticas de género y afirma que “la mayoría de los gobiernos, sean progresistas, conservadores o neoliberales, están en contra de la legalización del aborto y tratan de impedir los abortos no punibles” y señala específicamente las manifestaciones de Cristina Fernández en este sentido.
Esta lucha no debe ser abandonada, hay que continuar denunciado, insistiendo y exigiendo que se abra el debate porque es un problema de vida y de salud de las mujeres de todas las edades y clases sociales pero que afecta en mayor medida a las mujeres muy jóvenes y a las más pobres. Una de las preguntas que debemos hacer es ¿existen en nuestra ciudad y en nuestra zona sur de la provincia de Chubut equipos interdisciplinarios o multidisciplinarios que asistan y apoyen en forma integral a las mujeres que llegan al sistema de salud en situación de aborto? Porque ese es un derecho de las mujeres y una obligación del estado /gobierno; sin embargo, en un país gobernado por una mujer, estamos muy lejos de Uruguay en relación a la salud de las mujeres.
La lucha por la autonomía social de las mujeres muestra aún peores indicadores que la situación sanitaria; sobre esta última década reflexiona Svampa que si bien el extractivismo “ha traído mayor crecimiento económico a la región, ha habido un proceso de feminización de la pobreza y la indigencia, con una proporción de 118 mujeres pobres por cada 100 hombres pobres (en 2002 la relación era de 109/100), existiendo aún 1/3 de la población de mujeres sin ingresos propios”.
Si bien los planes sociales, (cuya universalidad en Argentina es discutible) se han extendido hasta llegar alrededor del 20 o 30 % de la población latinoamericana, están claramente direccionados a la mujer, basados en los estereotipos del patriarcado ya que refuerzan el rol de cuidadoras de las mujeres. A este respecto refiere Svampa que “estas políticas paliativas carecen totalmente de una propuesta de redistribución del trabajo orientado a la equidad de roles de cuidadores y proveedores entre hombres y mujeres. El encasillamiento de la mujer en su rol de cuidadora a través de los planes sociales refuerza la situación de encapsulamiento de la mujer en la esfera de lo privado”.
Finalmente es interesante reflexionar sobre la importante participación de las mujeres en los movimientos socio-ambientales que en todo el continente, en nuestro país y en nuestra provincia luchan por los bienes comunes, por el agua, contra la megaminería, el fracking, la extrema sojización, etc. Reflexiona Svampa que también en este ámbito en Latinoamérica, la mujer se vincula a estas luchas que confrontan con el extractivismo con una mirada más ligada al cuidado, la protección rompiendo con la lógica de la acumulación del capitalismo. En este marco, Svampa plantea un paralelismo interesante entre la explotación de la mujer y la explotación de la naturaleza: “ tanto una como otra han sido invisibilizados, son no pagos y han sido naturalizados como parte del proceso de reproducción pero no como parte del proceso de producción que propende al aumento de la riqueza”.
En este marco, desde el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) que construye en Chubut el Frente Unidad Sur abogamos por la incorporación de la perspectiva de género en las políticas públicas (educativas, sociales, culturales, económicas, sanitarias, etc), en forma transversal. Desde las instituciones del estado se debe tomar la iniciativa, generar los debates, abrir los espacios para que así sea. Para comenzar a generar los cambios culturales y sociales que necesitamos para avanzar en la lucha contra las variadas formas de violencia sobre la mujer: el femicidio2, la trata entre sus formas más extremas y dar la protección integral necesaria para que las aquellas mujeres que hoy se definen como víctimas dejen de serlo y puedan ser protagonistas de su destino y del destino de las comunidades, los territorios y los bienes comunes.

Susana Muñoz, militante del MST en el Frente Unidad Sur. Postulada como pre-candidata a la Diputación Provincial del Chubut.
DNI: 14719141
Teléfono: 0297 - 156213448
Twitter: @Fussmunoz
2 El informe 2014 de la Asociación Civil “La casa del encuentro” abarca los casos de asesinatos a mujeres por cuestiones de género dentro del período que comprende el primer día del mes de enero hasta el último del mes de diciembre. Durante esa etapa, el Observatorio relevó un total de 277 femicidios. En la mayoría de los casos existía algún tipo de vínculo familiar o afectivo del femicida con la víctima.

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