domingo, 18 de septiembre de 2011

Una transexual pelea por su lugar en la Universidad de Bs. Aires - UBA.

Boquitas Pintadas - La Nación.



Jorgelina empezó abogacía en el Penal de Devoto. Allí cursó dos años, hasta que cumplió su pena y salió en libertad. “Caí presa por mi condición de transexual”, dice.  No guarda rencor. Más bien, quiso convertir la injusticia que –dice- cometieron con ella, en militancia. “Empecé a estudiar Derecho porque me di cuenta de que había caído presa porque ya era sospechosa al ser portadora de esta identidad. Por eso pensé que estaba bueno estudiar, recibirme y pelear por estas minorías”, cuenta, en lo que define el derecho ligado a la acción.
Ya libre, eligió la Universidad de Buenos Aires (UBA) para completar su carrera. Allí, encontró nuevas razones para militar, puertas adentro de la Facultad de Derecho. Hoy integra la lista Nuevo Derecho, una de las que lucha por el Centro de Estudiantes de esa facultad. Las elecciones fueron toda esta semana.

En la entrevista con Boquitas pintadas habla de su lucha para que le reconocieran la regularidad, primero; de la discriminación cotidiana de parte de profesores y alumnos; de la pelea para que la mencionaran en las listas con el nombre que la identifica y no el que figura en su documento.
“En un momento me sentí muy sola luchando”, reconoce después de repasar sus cruzadas a diario en una institución que ella suponía mucho más abierta. Esto fue hasta que se acercó la agrupación “Nuevo Derecho”, del que forma parte.



El encuentro con Jorgelina.




Se enciende la cámara y ella empieza: mi nombre es Jorgelina Abelardo, soy militante de ATTA [Asociación de Travestis, Transgéneros y Transexuales] . Comencé mi carrera de Abogacía dentro del centro universitario de Devoto por haber sido víctima de la violencia judicial: estuve detenida dos años y ocho meses y salí absuelta. Quedó claro que los jueces tomaron mi condición de trans para declararme culpable. Esto fue en 2002, más exactamente el 3 de septiembre de 2002. Era el día de mi cumpleaños y caí detenida.
-Uno pensaría que esto ocurre en tiempos de dictadura…
Nosotras somos las  olvidadas de la democracia. Si bien es verdad que hay cambios y se han tomado en cuenta un montón de cosas, aún peleamos por la identidad de género. También por la posibilidad de cursar en la universidad. Por ejemplo, en la universidad de Buenos Aires hoy soy la única trans declarada, aunque hay varias tapadas.
-¿Me contás cómo sigue tu historia después de la cárcel?
Cuando salí me tomé un tiempo antes de retomar la carrera. Necesitaba pensar cómo seguía todo. Me decidí a seguir porque en los dos años que había cursado me estaba yendo muy bien, fue una sorpresa para mí. Nunca había pensado en mi vida estudiar Abogacía. Una de las materias que me convocó fue Filosofía del Derecho. Me di cuenta a partir de ahí de los baches jurídicos que hay en función de la diversidad. Comprendí que me había pasado esto: por ser portadora de una identidad era sospechosa. Me dije: ‘Está bueno estudiar, recibirme y pelear por estas minorías. Porque, aunque parece que todos estamos de acuerdo en este respeto por la diversidad, no es tan así, no se respeta”.

Jorgelina fue recibida por la decana de la facultad, Mónica Pinto
-¿Cómo fue retomar la carrera?
Cuando volví a pelear la regularidad empezaron los conflictos. No me querían aceptar y ahí fue el primer acercamiento con Nuevo Derecho. Peleo la reapertura, me dan la regularidad, sigo la carrera. Yo sabía que no iba a ser lo mismo: todos me respetaban como Jorgelina allá en Devoto. Esta universidad era distinta, con algunos profesores a los que les molestaba mi presencia, con los compañeros también fue difícil. No fue todo tan simple ni tan bueno: los estudiantes de derecho no son tan liberados. Cuando había que estudiar en grupo, por ejemplo, no era tan fácil. Por eso me parece que Nuevo Derecho pautó otras cosas. Ellos se acercaron a mí. Nadie antes había reparado en mi lucha por estos derechos.
-¿Qué es Nuevo Derecho?
Es una agrupación que hace 5 años trabaja en la Facultad y logró cosas muy importantes. Básicamente, defiende a los estudiantes. Conmigo se dieron cuenta de que era un estudiante, me ayudaron a no figurar con mi nombre registral sino que se me registrara con mi apellido y mis iniciales. Ellos me acompañaron, el presidente de Nuevo Derecho, Facundo García es un gran apoyo en esto. Antes de ellos me había sentido muy sola ahí adentro.
-¿Y ahora sos miembro de este partido?
Sí, estoy en la lista. Esto es inédito en la universidad. Para mí es una alegría muy grande. Yo entro a Nuevo Derecho para convocar a personas trans a que se animen a estudiar, para que lo que se fue consiguiendo se mantenga.
-¿Por qué vas a luchar si estás en el Centro de Estudiantes?
Por la diversidad, por el reconocimiento. Porque hay gente oculta. Hay compañeras que van a entrar en la universidad y no se dan a conocer. Tiene que haber apertura, apoyo concreto a la ley de identidad de género. Me parece que la universidad no puede estar lejos de esto porque todo hace a ganar más derechos, igualdad. Somos personas y tenemos que hacernos visibles.
-¿Qué le dirías a alguien trans que no se anima a estudiar?
Hay una nueva generación de chicas trans que está empezando a comprender esta apertura. La única manera de defenderse y no ser discriminado es saber que uno tiene derecho. Yo quiero actuar el derecho. Invito a todos y todas a sumarse, a estudiar, a hacer valer los derechos como ciudadanos


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