Los artesanos que trabajan sobre la calle Perú, entre Diagonal Sur y Rivadavia, incluido el tramo frente a la Legislatura porteña, siguen resistiendo los operativos de desalojo de la Policía Metropolitana y los funcionarios macristas de Espacio Público. En esa lucha por su derecho al trabajo, encontraron el firme apoyo de nuestro diputado Alejandro Bodart, así como de las diputadas María Rachid y Rocío Sánchez Andía, a los que se sumaron luego algunos más. Bodart, en particular, se plantó varias veces con fuerza frente a los jefes policiales e inspectores. En una oportunidad que tuvo bastante repercusión mediática, discutió duramente con un diputado macrista que vino a increpar a los artesanos… y terminó yéndose a esconder en la Legislatura.
Como bien dice Bodart, “Mauricio Macri reprime a los artesanos, cuando el único que viola la ley es él. La Ley 4121, en su artículo 15 párrafo 3º, dice claramente que no es contravención vender artesanías que no compitan con el comercio. Sobre Perú hay bares, farmacias, kioskos, bancos y oficinas públicas, que nada tienen que ver con las artesanías. Macri no respeta el derecho a trabajar ni esta expresión de la cultura popular, que además es un atractivo para los turistas. Como si fuera un ghetto, quiere mandar a los artesanos a morirse de hambre a la placita Roberto Arlt, en Rivadavia y Esmeralda, por donde no pasa casi nadie”.
Sánchez Andía, acompañada por Bodart y otros legisladores, ha presentado un proyecto de ley para regularizar la feria artesanal en esas tres cuadras de Perú.
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