lunes, 16 de julio de 2012

Después de Río + 20: Más negocios y ninguna solución.

Por Luciana Echevarría y Sergio García Enviados del MST a la Cumbre de los Pueblos. Alternativa Socialista.

Culminada la reunión institucional de Río + 20 la principal conclusión es que la degradación, expoliación y destrucción de nuestros recursos y el medioambiente continuará, dornada con nuevos cantosa de sirena. Paralelamente la Cumbre de los Pueblos debatió como coordinar acciones contra este flagelo. Queda pendiente la búsqueda y construcción de salidas políticas de fondo.

La economía verde y el documento de Río… continuidad de negocios.
Desde los meses previos a Río + 20 circuló la propuesta de la ONU y las grandes potencias de avanzar en su proyecto llamado “economía verde” queriendo dar a entender con ese nombre, que su modelo contenía la preocupación por el cuidado del planeta. Las grandes empresas y corporaciones se subieron a este discurso, pretendiendo también demostrar que su prioridad es cuidar la naturaleza. Pocas veces hemos visto tanta falsedad junta. Páginas enteras de todos los diarios de Brasil fueron auspiciadas durante la cumbre por publicidades de grandes empresas prometiendo cuidar el medioambiente. En realidad, detrás de esa fachada lo que hacían era prometerse así mismos cuidar sus negocios y multiplicarlos. La llamada economía verde no solamente permite la continuidad de los grandes negocios mineros, petroleros, forestales y acuíferos sino que además, detrás de unos muy leves y cosméticos controles, abre nuevas puertas y oportunidades comerciales. Ese proyecto procuraba que las medidas de protección ambiental se transformaran en una actividad más rentable aún, lo cual repercutiría en el aumento de la inversión privada en el sector. Sus ideólogos la planificaron no como una salida al tema ambiental sino al económico, ya que en el fondo mercantilizaba todas las riquezas naturales. No casualmente, este proyecto generó una enorme resistencia en todos los debates previos entre los movimientos sociales y durante la cumbre. Esta presión y las divergencias de proyectos entre los gobiernos, generaron que el documento final no acogiera como centro de su propuesta la llamada economía verde. Aunque la misma es parte del texto y la visión empresarial está contenida a lo largo del documento. La cumbre, que fue la mayor en la historia de la ONU y reunió a representantes de 191 países, consensuó una declaración política final titulada “El Futuro que Queremos” que es una generalidad de recomendaciones, tenues compromisos y diversos enfoques de desarrollo, donde resaltan propuestas empresariales en función de que los negocios no se corten. Es decir que más allá de los nombres, el poder político y económico seguirá buscando las formas posibles de que no se corten sus negocios.

La hipocresía de los gobiernos
Al mismo tiempo solo un razonamie.nto inocente o sencillamente cómplice puede no hablar sobre el rol de los gobiernos que avalaron el documento de Río + 20. Ya que no vivimos en un mundo donde sean solamente las trasnacionales las que destruyen la naturaleza y nuestras riquezas poniendo en juego la vida misma. Lo hacen con la complicidad o con la asociación directa de gobiernos nacionales o regionales que avalan o participan de los emprendimientos. Por eso no es casual que detrás de los discursos, salvo contadas excepciones, el conjunto de presidentes y funcionarios aprobó el documento de Río + 20, es decir que aprobaron tras negociaciones y concesiones mutuas, poder seguir destruyendo nuestro futuro a través de grandes emprendimientos. Esto no debe sorprendernos, menos aún a quienes vivimos en la Argentina. Donde precisamente es el gobierno de CFK quien permite -por ejemplo- el robo y la destrucción ambiental de las megamineras. Así sucede en muchos otros países. Y así fueron, uno a uno, a posar de defensores del planeta mientras aceptaban un documento que no prioriza la defensa de las riquezas y recursos que son de todos mientras a la vez reivindica la necesidad de los emprendimientos mineros. Sin olvidar el rol reaccionario de la Iglesia Católica, que a través de los enviados del vaticano censuró de la declaración final los párrafos dedicados a los derechos reproductivos de las mujeres. Lógica y tristemente, tal censura fue aceptada por la ONU y los presidentes.

La Cumbre de los Pueblos.
Paralelo al evento oficial se desarrollo la Cumbre de los Pueblos, donde una enorme cantidad de organizaciones sociales, ambientales, políticas, sindicales, comunidades originarias, estudiantiles y otros actores sociales, nos dimos cita para intercambiar opiniones y propuestas. Durante una semana una muy amplia diversidad de temas y panelistas protagonizaron charlas, actos y conferencias. Las más diversas expresiones y experiencias recorrieron la Cumbre. Y en sus comisiones y asambleas generales se sistematizaron propuestas programáticas. De nuestro país participó una delegación de la CTA, encabezada por Pablo Micheli junto a Adolfo Aguirre, Guillermo Pacagnini y Hugo Amor. También Stalin Pérez Borges de la UNT de Venezuela se hizo presente. Y en medio de la Cumbre, nuestros compañeros de JUNTOS y el PSOL hicieron diversos actos. La Cumbre de los Pueblos avanzó en definir el lanzamiento de una campaña global de enfrentamiento al poder de las transnacionales y sus crímenes contra la humanidad. La campaña es promovida por un enorme abanico de organizaciones sociales bajo el nombre “Desmantelemos el poder de las transnacionales y pongamos fin a la impunidad”. Y se acordaron una enorme serie de propuestas programáticas sobre temas ambientales, naturales, derechos de las comunidades originarias, de las mujeres, los derechos de los trabajadores tanto laborales como sindicales y otras cuestiones. Toda esta fuerza fue evidente en la enorme movilización que a la mitad de la Cumbre atravesó como una marea gigante el centro de Río de Janeiro y de la cual participamos junto a compañeros del PSOL de Brasil. Resumiendo, la necesidad de fortalecer las luchas y no eludir nuestra responsabilidad, fue bien explicada en la Cumbre a través de las palabras de Pablo Micheli en la asamblea general, cuando planteo que “ya no tenemos otros 20 años para que nos encontremos en otro foro, y decir que se nos pasaron 20 años y las cosas siguen igual”.

Hacia una solución política e integral
Desde ya todas las propuestas programáticas debatidas en la Cumbre así como también las próximas medidas de luchas que recorrerán nuestro continente son muy importantes, y un paso esencial en la lucha contra las corporaciones y grandes empresas. A la vez, creemos que no puede detenerse ahí la pelea que debemos dar. Ya que en el fondo de todo hay una lucha política concreta que se expresa en cada país en el enfrentamiento a modelos económicos y a proyectos políticos que encabezan gobiernos y personas de carne y hueso. De ahí la importancia decisiva de no separar la problemática medioambiental de la lucha política por lograr transformaciones anticapitalistas en nuestros países. Todo proyecto político que no tenga una estrategia emancipatoria, soberana y al servicio de las mayorías trabajadoras y populares está condenado a jugar un rol continuista en materia de recursos naturales y derechos ambientales. Por eso bregamos, en medio de la crisis capitalista global, por construir grandes alternativas políticas, con propuestas de fondo y capaces de tomar medidas contra el gran poder capitalista. Por ese objetivo luchamos y a dar esta pelea política convocamos a todo los pueblos de nuestro continente. Esta fue la propuesta que desde el MST llevamos a la Cumbre y la cual difundimos a través de un suplemento especial.

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