miércoles, 4 de enero de 2012

Suspenden a un fiscal y ordenan investigarlo por acosador sexual.

Observatorio de Trata - Córdoba.

El fiscal Alfredo Dellagustina es conocido entre los vecinos autoorganizados por la seguridad en la jurisdicción de la seccional N° 44 porque figura como responsable de apañar a la mafia proxeneta de Liniers. La información respecto a la protección del fiscal sobre los prostíbulos (antros de la esclavitud sexual, la trata y el narcotráfico) fue aportada por el titular de la comisaría Mario Antonio Trejo, quien entregó en una asamblea un informe balance de la tarea policial tras la presentación del Mapa del Delito. En esa documentación entregada por Trejo, a la que accedió el Ministerio de Seguridad Nacional y las máximas autoridades de la PFA, se señala la negativa de Dellagustina con otro fiscal correcional, Jorge Emilio Fernández, a que la policía reprima el delito de proxenetismo y disponga la clausura de los ilegales prostíbulos, según manda la ley de Profilaxis y dos convenios internacionales con rango supranacional. 

Suspenden a un fiscal y ordenan investigarlo por abuso deshonesto.

Se trata del fiscal Alfredo Dellagiustina, quien fuera suspendido de su cargo por mal desempeño y va camino a juicio político, tal cual resolvió el Tribunal de Enjuiciamiento del Ministerio Público. Además, resolvieron que se lo investigue por supuesto abuso deshonesto a empleadas suyas. Los testigos denunciaron maltrato verbal, extensas horas laborales, discriminación y situaciones de acoso.
El Tribunal de Enjuiciamiento del Ministerio Público Fiscal suspendió en su cargo al titular de la fiscalía en lo Correccional Nº 5, Alfredo Dellagiustina, por mal desempeño al comprobarse situaciones de acoso laboral hacia sus empleados, quienes denunciaron persecución, excesivo control y discriminación por parte del funcionario judicial, según indicaron las fuentes judiciales a Online-911.

Además, el Tribunal ordenó extraer testimonios y que se investigue por abuso deshonesto del fiscal hacia las empleadas a su cargo, a quienes les hacía comentarios sobre su vida personal y hasta las intimidaba.

La decisión fue tomada luego de cuatro años luego que en 2007 la entonces oficial mayor de la fiscalía Nº 5 Vanina Otero acusara al fiscal de “actitudes y comportamientos que, fruto de lo que considero un evidente poder y autoridad, rozan por momentos- en muchos casos- la figura del hostigamiento y el acoso laboral”.

Según la denuncia de Otero, sufrió “sufrió discriminación por embarazo y maternidad”, por parte de Dellagiustina. Esa situación le generó a la empleada –tal cual consta en el expediente- un “cuadro de estrés, angustia y depresión”.

En la instrucción del proceso, desde la Procuración se tomaron 47 testimoniales a empleados y ex de la fiscalía. Todos coincidieron en que por parte del fiscal Dellagiustina hay una “desmedida presión y control, jornada laboral extensa, situación irregular en las condiciones de trabajo en especial vinculados a ordenanzas”.

Según los testigos, los malos tratos por parte del fiscal empezaron en 1997. Es así que dieron cuenta de gritos de Dellagiustina, que los reprendía delante de terceros, sufrían humillaciones, siempre era un ambiente tenso, había un excesivo control, y él impuso la prohibición de uso de celular hasta las 14.

Hubo por parte de Dellagiustina una “denigración personal, menoscabo de la personalidad, maltratos varios, coacción, y manipulación psicológica, precarización del empleo y degradación de la moral laboral permanente y sostenido a lo largo de los años”.

Los empleados aseguran que “los cargos quedaban vacantes pero nadie quería trabajar allí”, y “había mucho cambio de personal, sobre todo femenino”. Muchos de ellos, aseguraron que tienen sospechas de que en los teléfonos de la fiscalía Nº 5 había “cámaras y micrófonos y hasta la posibilidad de intervenir la comunicación de los empleados”.

A todo ello, se sumó el testimonio de algunas mujeres de la fiscalía quienes “denunciaron haber sido víctimas de apremios de carácter sexual”, y en ese sentido, contaron que Dellagiustina las obligaba que al irse les den un beso.

En ese sentido, una testigo relató que “cuando ella le iba a dar un beso, el fiscal corría la cara con lo cual el beso era cerca de sus labios”. Además, a muchas de las empleadas les pedía que usara ropa ajustada, y a otras hasta les preguntaba qué hacían el sábado, a una de ellas, en su despacho, y siempre según la denuncia, le dijo: “vení, sentate con papá”

Otra mujer contó que le dijo que era una “perra, una perrita” y que tenía ganas de hacerle “un chaschas”.

En su defensa, Dellagiustina aseguró que el clima de trabajo en su fiscalía  era de “respeto”, aunque sí reconoció que era estresante por la gran cantidad de causas delegadas en el fuero correccional.

Ante la prueba y mediante resolución Nº 103/11, el Procurador (jefe de los fiscales) Esteban Righi dio apertura al juicio político y solicitó la suspensión de Dellagiustina de su cargo por mal desempeña, aunque no obstante se sigue el juicio político en su contra.

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